La Historia General de Las Islas de Canaria
es la obra magna de José
de Viera y Clavijo, uno de los más relevantes de los
ilustrados canarios que nació en el seno de una familia de
clase media de Realejo
Alto (Tenerife) en 1731, y que falleció en Las Palmas
de Gran Canaria en 1813. Su vida transcurre entre el Puerto de la
Cruz, La Laguna (en ambos lugares su padre ejerció como escribano
público), Madrid (1770-1784) y Las Palmas de Gran Canaria
(ciudad a la que regresó en 1784) y donde realizó
labores de gran importancia en el Cabildo, en la Real Sociedad Económica
y en el Seminario).
Su carrera eclesiástica y el amor a su tierra le llevan a
aceptar el Arcedianato
de Fuerteventura, rechazando otros cargos preeminentes en la
Península. Viera y Clavijo fue miembro de la Tertulia del
Marqués de Villanueva del Prado, de la Academia de la Historia
(1774) y de la Sociedad
Económica de Amigos del País, además un
viajero incansable que recorrió la Península y Europa,
y un representante genuino del pensamiento
ilustrado del siglo XVIII. Su obra literaria se vio favorecida
por sus contactos, conocimientos y relaciones que trabó con
historiadores de la época y con las principales familias
de las islas. Todo esto le permitió elaborar y culminar,
entre los años 1763-66, su Historia
General de las Islas de Canaria, compuesta por cuatro volúmenes,
que empezó a publicar, con ayuda del Cabildo
Catedral en 1772 y continuó en 1773, 1776 y 1783, no
sin antes vencer numerosas dificultades, y las críticas y
acusaciones de la Inquisición por su postura crítica
ante ciertos tipos de piedad ingenua, búsqueda de la verdad
y duda ante las verdades transmitidas y no comprobadas.
Definida como la primera historia local de su tiempo, la Historia
de Viera sigue siendo, en los albores del siglo XXI, referencia
obligada de las nuevas generaciones de historiadores canarios. Aunque
incompleta por la complejidad del plan inicial de la obra, ofrece
ésta sin embargo, una visión de conjunto o de síntesis
de la Prehistoria e Historia de Canarias desde la conquista hasta
mediados del siglo XVIII, aun a riesgo de convertirse en cronista
de su tiempo. A diferencia de otras historias anteriores, Viera
elaboró su obra a partir de la consulta de una copiosa documentación
existente tanto en archivos privados como públicos, que le
fue facilitada por sus amigos y que él se dedicó a
leer y extraer su esencia. Algunos archivos o fondos documentales,
como los de la Real Audiencia, la Inquisición o el Cabildo
de Gran Canaria, no pudieron ser consultados y esto se refleja en
la obra como lo prueba el que se mencionen los Corregidores de Tenerife-La
Palma y no los de Gran Canaria. No obstante, su labor no se limitó
a acumular hechos sin sentido, por pura erudición, sino que
trató de seguir un hilo conductor (la Corona y sus representantes
e Instituciones en las islas) para conectar o vertebrar los acontecimientos,
lo que, a juicio de sus críticos, ha contribuido a captar
magistralmente la atención del lector. Ello se observa cuando,
tras abordar los aspectos religiosos, económicos y las costumbres
del mundo aborigen, su relación con el europeo y la conquista
y colonización de las islas, estudia el señorío
de Canarias, lo que le permite analizar la evolución
de las islas de Lanzarote, Fuerteventura, Gomera y Hierro. Del mismo
modo, a través de los Gobernadores, Capitanes Generales,
la Audiencia y los Obispos estudia la evolución de las islas
realengas de Gran Canaria, Tenerife y La Palma, aunque no siempre
con la misma igualdad y equilibrio como ya se ha dicho, dedicando
la parte final de la obra al Cabildo Catedral, las parroquias y
la implantación de las órdenes religiosas o monásticas.
Escrita con maestría de estilo y rigor para los medios disponibles,
con corrección de datos conforme encontraba otros nuevos,
con actitud crítica ante las supersticiones e ideas ridículas
y con gran sentido común e imaginación, la obra fue
acogida con frialdad en su tiempo, pero leída con entusiasmo
por cuantos esperaban su edición. No obstante, el mérito
de su obra no ofrece duda, pues ha sido la más elogiada y
la que mayor fama ha dado a su autor, hasta el punto de seguir siendo
un texto de actualidad que ofrece aún conocimientos aprovechables.
Continúa siendo obra de consulta y referencia obligada de
todos los que se interesan por la Historia de Canarias.
|
|