La Ilustración
es el movimiento filosófico que caracterizó por excelencia
al siglo XVIII europeo. Se trata de un movimiento innovador, casi
revolucionario, que va a afectar a todas las facetas de la sociedad:
al pensamiento, a la cultura y al arte. Se propone lograr el progreso
y el bienestar de la sociedad, modernizándola a través
de la educación y la cultura, desde los principios de la
soberanía de la razón y la experimentación
frente a la revelación y la autoridad. Porque el hombre ilustrado
tiene una confianza ilimitada en el progreso de la humanidad mediante
la “ilustración” o las “luces”. Progreso
y bienestar van a ser, pues, conceptos fundamentales para el hombre
ilustrado; y, junto a ellos, otros tan importantes como el saber
científico, la filantropía (es decir, el afán
altruista de servir a los demás), la tolerancia y la paz.
Al calor de la Ilustración, la ciencia y su base indiscutible,
la enseñanza, van a experimentar un avance notable.
En la Gran Canaria del siglo XVIII el espíritu ilustrado
se verá fortalecido por la feliz coincidencia de una serie
de Obispos y clérigos de ideas avanzadas que tuvieron como
norte común la transformación de la sociedad civil
desde la Iglesia, pero apoyando la política Real que protagonizaba,
principalmente, el rey
Carlos III. Estos Obispos, que se sucedieron entre 1769 y 1816
fueron Juan
Bautista Cervera (o Servera), Joaquín
de Herrera, Antonio
Martínez de la Plaza, Antonio
Tavira y Manuel
José Verdugo.
El movimiento cultural ilustrado llega a Canarias en la segunda
mitad del siglo. Y la sociedad va a sumarse a él mediante
la creación de “establecimientos
útiles”, en pro de la búsqueda
del progreso para una sociedad muy necesitada de él. Este
espíritu innovador traspasará las fronteras cronológicas
del siglo XVIII para dejar su huella en distintas corrientes culturales
que se suceden a lo largo de los siglos XIX y XX, muy marcadas por
la filosofía ilustrada. Y también fructificará
este espíritu en distintas Instituciones, de ayer y de hoy,
que han contribuido eficazmente al desarrollo y a la vertebración
social de la isla, bajo el signo de la Ilustración.
La Real Sociedad Económica
de Amigos del País de Las Palmas
fue fundada en 1776, bajo la protección del rey Carlos
III y el impulso directo del Obispo
Cervera. Correspondió al Canónigo
José
Marcos Verdugo ser su primer Director. Su finalidad, a lo largo
de los más de dos siglos de su existencia, ha sido la de
contribuir al desarrollo de Gran Canaria, en todos sus aspectos:
favoreciendo la economía (agricultura, pesca, bosques, industria,
comercio, puertos, aeropuerto, comunicaciones, etc.), promoviendo
la educación (escuelas primarias, de Dibujo, enseñanza
secundaria y universitaria) y apoyando la cultura (exposiciones,
conferencias, publicaciones, etc.), desde el altruismo y el patriotismo
que preconizan sus Estatutos y que despliegan las personas sensibles
que constituyen la Sociedad, más allá de ideologías
políticas o creencias religiosas. Prácticamente, todas
las personalidades destacadas de la intelectualidad de la isla han
estado vinculadas e identificadas con la labor de los “Amigos
del País”; recordemos, entre muchos nombres importantes,
el del científico Dr.
Verneau, el del jurista, periodista y político Franchy
y Roca, el de los hermanos Juan
y Fernando
de León y Castillo, o el del ilustrado lanzaroteño
José
Clavijo y Fajardo, que fue acogido como miembro especial de
la sociedad en 1800. La sede actual de la Institución está
en un edificio del barrio de Vegueta de la capital grancanaria,
situado en la Plaza que lleva su nombre- Plaza
de la Real Sociedad Económica de Amigos de País de
Las Palmas- y que preside el monumento
a José
de Viera y Clavijo, exponente máximo de la Ilustración
Canaria y director de la Sociedad durante veinte años. Dirige
hoy la Institución don Francisco
Marín Llorís, Marqués
de la Frontera.
El Gabinete Literario
nació como fruto del patriotismo insular de mediados del
siglo XIX. Un grupo de ciudadanos inquietos acordaron su fundación
en 1844 en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria con la finalidad
de impulsar y defender el desarrollo social, económico, cultural
y político de la ciudad y la isla. Ocupó el cargo
de primer Presidente el culto y emprendedor inglés Roberto
Hougthon y Hougthon, pero al año
siguiente asumiría el cargo el cronista, médico y
escritor
Domingo J. Navarro. Muchas otras personalidades han asumido
la dirección de la Institución, que ostenta en la
actualidad don Juan J. Benítez
de Lugo y Massieu. Surgió el Gabinete
Literario desde la preocupación por la cultura y los asuntos
políticos de Gran Canaria, pero también por los problemas
económicos y sociales que la isla soportaba. Y pronto se
convirtió en punto de referencia de la inquietud social,
cultural y política, y en lugar de encuentro de la burguesía
local en donde se gestaron, desde su creación, proyectos
que fueron realidades importantes: como el Colegio
laico de San Agustín,
en 1845, germen del primer Instituto de la ciudad; la Orquesta y
la Sociedad Filarmónica,
también en 1845, de tan feliz continuidad; dos academias
de arte que lograron acoger y fomentar la vocación artística
de los grancanarios; una Caja de Ahorros y Socorros, antecedentes
de la actual Caja Insular, etc., etc.
En el Gabinete se promovieron y se promueven actividades diversas,
de matiz ilustrado y político y de contenido artístico
y cultural: entre las primeras, recuérdese la Asamblea de
1972 para proponer la creación de la Universidad
de Las Palmas de Gran Canaria; entre
las segundas, el Gabinete ha realizado ediciones de libros, ha organizado
Bienales Artísticas, Conciertos, sesiones de Teatro, Lecturas
poéticas, Conferencias, Exposiciones, etc.; actividades,
unas y otras, que han traído a la isla la contemporaneidad
universalista y el espíritu liberal. Fue la primera sede
de la Institución los bajos del edificio del antiguo Teatro
Cairasco, en la plaza del mismo nombre,
en el mismo lugar en donde hoy se halla en nuevo Gabinete, en un
espléndido edificio, remodelado totalmente en 1920 y declarado
hoy Monumento Histórico Artístico.
En 1879 nace El Museo Canario,
con la ayuda del Ayuntamiento capitalino, bajo el mecenazgo de los
principales ilustrados de la isla y con el apoyo de toda la intelectualidad
local. El Acta constitucional se redactó en el despacho de
don Amaranto
Martínez de Escobar, en la calle veguetera de López
Botas, con los nombramientos de
Gregorio Chil y Naranjo como primer Director, Juan
Padilla y Padilla como primer bibliotecario, Víctor
Grau-Bassas como primer conservador y Domingo J. Navarro como
primer presidente. Con el nacimiento de la institución, Chil
y Naranjo se propuso reunir en un museo
el testimonio de los primeros pobladores de las islas y de la inserción
del mundo insular en la cultura española. Desde entonces,
y hasta ahora, su misión ha sido la de salvaguardar y atesorar
el patrimonio cultural de Canarias desde los aborígenes hasta
la actualidad. El Museo Canario
ha logrado conservar su sentido más enciclopédico
y universal, bajo el signo de la Ilustración, filosofía
cultural a la que genéricamente se pueden adscribir las generaciones
de hombres y mujeres que durante sus casi ciento veinticinco años
de existencia le han dado vida y proyección internacional.
Aparte de las actividades históricas, antropológicas
y arqueológicas, El Museo
Canario ha organizado de manera regular
exposiciones, conferencias, conciertos, actividades teatrales y
llevado a cabo una interesante política editorial, especialmente
a través de la revista que lleva su nombre y de colecciones
literarias que ha ido promoviendo. Por sus colecciones, sus publicaciones
y las actividades desarrolladas, El
Museo Canario constituye el Primer Centro
Cultural, que desde la sociedad civil se ha creado en Canarias,
ya que conserva la estructura jurídica de Asociación
Científica, con la que fue dotada por sus fundadores y legatarios.
El Museo Canario
es hoy Museo Antropológico, Arqueológico y de Historia
Natural; pero además es Archivo, Biblioteca, Hemeroteca,
Ateneo y Centro que promueve la Investigación, la Docencia
y la Cultura, al servicio de la ciencia en general. La institución
El Museo Canario
tuvo su primera sede en unas dependencias cedidas por el Ayuntamiento,
en las propias Casas Consistoriales; y allí permaneció
hasta 1922. A partir de entonces, el propio Doctor
Chil lega a la Institución sus
bienes, haciendo donación expresa de su casa y de su finca
de Guía de Gran Canaria. La antigua casa del Dr. Chil, en
pleno corazón de Vegueta, es hoy la sede del Museo. Y la
Institución, vinculada al Consejo
Superior de Investigaciones Científicas,
se rige por un Patronato que la administra y la sostiene. Su actual
presidente es don Víctor
Montelongo Parada.
El Círculo Mercantil
(1879) surge con el auge de los Puertos
Francos (1852) y al calor de la creciente
actividad comercial de Las Palmas de Gran Canaria y su Puerto. La
iniciativa partió de un grupo de empresarios del Comercio
que vieron la necesidad de adelantarse institucionalmente al reciente
dinamismo económico, frente a la siempre lenta burocracia
oficial:
Bernardo de la Torre, Tomás
Miller y Juan Rodríguez
Quegles, banquero, comerciante y político).
El Círculo Mercantil contribuyó a distintas obras
relacionadas con sus fines: la más importante, la de la construcción
del nuevo Puerto de la Luz, ya
que fueron los primeros Presidentes de la institución (Bernardo
de la Torre y Juan
Ripoche) quienes lograron que la Compañía
inglesa Swanston construyera el proyecto.
También se consiguió con su apoyo la instalación
de la Escuela Superior de Comercio,
la apertura del Banco de España
y la creación de la Cámara
de Comercio en 1901; y el Círculo
trabajó en la iniciativa para construir el Palacio
Militar frente al Parque San Telmo. El
espíritu del Círculo Mercantil se involucró
en la lucha por la división de la Provincia; y un aire de
cosmopolitismo ha impregnado todo su hacer, al estar la Institución
alineada en el librecambismo que tantos beneficios económicos
y esplendor han proporcionado a Gran Canaria. Paralelamente, las
actividades culturales y recreativas del Círculo
Mercantil lograron dinamizar la vida
cultural y social de la ciudad capital. La institución publicó
una revista, el Órgano
del Círculo Mercantil, a partir
de 1886; y organizó (y organiza) exposiciones de arte, conferencias,
conciertos y fiestas sociales, además de involucrarse en
algunas publicaciones. El Círculo Mercantil tuvo su sede
en un hermoso edificio ajardinado de la calle capitalina de San
Bernardo, en pleno corazón de la comercial Triana. Allí
continúa; aunque aquel bello inmueble ha pasado a la historia,
sustituido por una edificación moderna y sin personalidad
que reserva su planta principal para los locales de la Institución.
Es su presidente actual don Eusebio
Camino Ramírez.
Una entidad ilustrada de carácter regional es la Real
Academia de Bellas Artes de San Miguel Arcángel.
Fue fundada por Isabel II en 1849 con sede en Santa Cruz de Tenerife
(por entonces la capital de Canarias) y sus actividades se circunscribían
al terreno pedagógico. En su marco se promovió el
Museo de Bellas Artes de Santa Cruz
de Tenerife, en cuyo espacio tuvo la
Academia su sede. Tras tiempos grises, asume la presidencia, en
1983, el pintor tinerfeño Pedro
González que ha comenzado una etapa de renovación
que contempla su apertura al resto del Archipiélago. Desde
2000 es su presidente el crítico de Arte y periodista Eliseo
Izquierdo. La principal tarea de la Academia es el fomento de las
Bellas Artes y, muy es especialmente, la salvaguarda del Patrimonio.
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