Médico, historiador y antropólogo
que destacó por sus notables contribuciones al estudio de
la prehistoria, historia y antropología canarias. También
por la incorporación de los enfoques evolucionistas de Darwin
sobre el origen de las razas prehistóricas.
Nace en Telde (Gran Canaria) en 1831.
Realiza sus primeros estudios dentro de la familia,
primero con su padre y posteriormente con su tío el canónigo
Gregorio Chil Morales, para pasar
posteriormente al colegio San
Agustín, en donde tiene como profesor a Domingo
Déniz, quien le preparará en francés para
que pueda cursar sus estudios de Medicina en Francia. En 1848
marcha a París y se inscribe en la Universidad de la Sorbona.
Se doctora en Medicina en
1859 y ese mismo año regresa a Gran Canaria.
Empieza a ejercer en Las Palmas (después de
revalidar el título en la Facultad de Medicina de Cádiz).
En 1861 inicia la
elaboración de Estudios históricos,
climatológicos y patológicas de las Islas Canarias,
que aparecerá en varios tomos después de quince años:
el primero en 1876; en 1880
aparecerá el segundo tomo, y el tercero y último en
1891. La obra fue prohibida por
el Obispo de Canarias (Urquinaona)
por contener ideas evolucionistas sobre el origen del hombre, de
las que Chil fue un decidido defensor.
Junto a Víctor
Grau-Bassas, Juan
Padilla, Andrés Navarro Torrens
y otros, funda en 1879 El
Museo Canario, un museo de antigüedades canarias e historia
natural, con una biblioteca en la que se prestará especial
atención a todo lo relacionado con las islas y en especial
con Gran Canaria.
Será el director de esta institución
hasta su fallecimiento.
1901: Fallece en
Las Palmas de Gran Canaria. A su muerte dejó a El
Museo Canario su biblioteca, el archivo y sus propiedades, incluida
la casa que hoy alberga dicha institución.
Fue uno de los primeros canarios en participar en
reuniones de alto nivel científico fuera de Canarias. Miembro,
entre otras instituciones, de la Sociedad de Antropología
de París y de la Sociedad Española de Historia Natural.
Su obra cumbre, publicada en varios tomos, Estudios
históricos, climatológicos y patológicos de
las Islas Canarias, se publicó entre
1876 y 1891.
Su participación en la fundación de
El Museo Canario y su posterior donación de su biblioteca,
archivo y propiedades, han permitido el desarrollo de una entidad
emblemática para Canarias.
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