Poeta, catedrático de Literatura y abogado.
Se inicia dentro de la Escuela Lírica de Telde, próxima
al Modernismo, y desarrolla
casi la totalidad de su obra en la Península en un momento
coincidente con las vanguardias históricas con cuyos miembros
mantiene contactos. A pesar de ello su poética se despliega
con personalidad por el camino del intimismo.
Fernando González Rodríguez nace en
Telde, Gran Canaria, el 4 de enero de 1901.
En su ciudad natal realiza los estudios primarios. Su curiosidad
literaria se nutre en la biblioteca particular del poeta Montiano
Placeres, quien guiará sus primeros pasos literarios.
Con tan solo quince años, en 1916,
da a conocer en un periódico local su primer poema. Al año
siguiente pasa a formar parte de la redacción del periódico
La
Provincia, y simultanea el trabajo con los estudios de
Magisterio y Bachillerato.
En 1922 se traslada
a Madrid para continuar los estudios universitarios de Filosofía
y Letras iniciados el año anterior como alumno libre en la
Universidad de La Laguna (Tenerife). Lleva como encargo especial
ser responsable del cuidado de la edición póstuma
del tomo primero de Las Rosas de Hércules
de Tomás Morales.
Colabora asiduamente a partir de ese momento en revistas literarias
peninsulares como España, La Pluma,
Alfar, Suplemento Literario de La Verdad, etc.
Sus inestabilidades económicas se ven ligeramente
suavizadas cuando en 1928 entra
a trabajar en las ediciones de clásicos de la Compañía
Ibero-Americana de Publicaciones CIAP. En esta editorial publicará
obras diversas de literatura: Calila et
Dimna, ediciones del Marqués
de Santillana, Cuentos escogidos
de Andreiev, Las mil mejores poesías de la lengua castellana,
etc.
Por oposición, obtiene en 1930
la Cátedra de Lengua y Literatura Españolas en Enseñanzas
Medias con destino en Tortosa (Tarragona). Seguirán a este
destino Logroño, Bilbao, Valladolid, Barcelona y Aranjuez.
En 1931 es candidato
a Diputado durante la II República por el partido Izquierda
Republicana. Su trayectoria política venía desde los
años veinte en que trabaría amistad con Manuel Azaña
y se vincularía a su partido de forma activa.
La Guerra Civil española y su militancia política
traen como consecuencia la cesación de su cargo como catedrático
de Instituto.
Instalado en Valladolid en 1946,
funda y dirige la revista Halcón,
con la correspondiente colección poética homónima
en la que publicarían, entre los canarios,
Pedro Perdomo Acedo, Pedro Lezcano
y el propio Fernando González.
A partir de 1949,
su voz lírica se silenciará hasta sus últimos
días. Da a la prensa su antología Poetas
líricos vallisoletanos y se dedica al estudio de
Leyes (1951), licenciándose
en Derecho años después. Ejerce como abogado hasta
1958, el mismo año en que
es repuesto en su cargo como catedrático con destino en Valladolid.
Fallece en Valencia el 24 de junio de 1974.
Ya en 1918 aparece
tempranamente su primer libro, Canciones
del alba, al que seguirán, cuando ya está asentado
en Madrid, Manantiales en la ruta
(1923),
Hogueras en la montaña (1924),
El reloj sin horas (1929),
Piedras Blancas (1934) y,
finalmente, tras un periodo de quince años de silencio editorial
lírico, se publica en la Colección Halcón (fundada
por el poeta en Valladolid en 1946)
el que será su último volumen de poemas: Ofrendas
a la nada (1949). En 1966
se edita una antología de su obra, Poesías
elegidas, con prólogo de Joaquín
Artiles. A principios de los años
70 el poeta gestiona la adquisición de su biblioteca
y archivo por parte del Cabildo de Gran Canaria (con la mediación
de Alfonso
Armas Ayala) casi a modo de donación, para que ésta
regresase a su isla natal. Hoy la citada biblioteca y archivo se
encuentran en las dependencias de la Biblioteca Insular del Cabildo
de Gran Canaria.
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