Benito Pérez Galdós

ENERO: "La imagen de la vida es la novela"  
 
Biografía

Benito Pérez Galdós es el más universal de los escritores canarios. Su obra de creación constituye una ingente cosmogonía que disecciona la sociedad española de su tiempo desde el arte magistral de la literatura. Con ella logró renovar la novela española de su tiempo y erigirse en el más amplio, reconocido y moderno de los novelistas del siglo XIX español.

Benito Pérez Galdós nace en Las Palmas de Gran Canaria el 10 de mayo de 1843. Se educa en el Colegio de San Agustín de esta ciudad con maestros destacados como Antonio López Botas, Agustín Millares Torres y los hermanos Martínez de Escobar y con amigos como Fernando León y Castillo y Nicolás Estévanez.

En los últimos años de su formación canaria, muestra ya lo que va a ser su personalidad futura. Dirige el periódico juvenil del propio colegio (La Antorcha), colabora en El Ómnibus (periódico grancanario que se había fundado en 1855), y comienzan sus “pinitos” narrativos en el marco del colegio: la sátira quevedesco-cervantina titulada Un viaje redondo; el intento de prosa poética irónica que titula El sol ; los poemas satíricos El pollo y El teatro nuevo y el poema épico burlesco La Emilianada.

También demuestra su habilidad como dibujante y pintor, y redacta su primer drama teatral: Quien mal hace, bien no espere. En estas actividades deja ya registradas las que serían las notas características de su personalidad y de su escritura: gran capacidad de observación y de intuición; imaginación ágil en un exterior retraído, aparentemente distante; ingeniosidad pronta y oportuna; destacado sentido del humor; asombrosa facilidad para expresar de manera atractiva y convincente lo observado (situaciones, caracteres, perfiles de personas que devienen personajes...); desenfado estilístico; léxico abundante, preciso y propio.

Tras culminar su Bachillerato, en 1862 Pérez Galdós marcha a Madrid con la intención de estudiar Leyes. Sus primeros años madrileños consolidan su ya sólida formación, tal vez más la personal que la académica, casi con las mismas aficiones: asiste a las tertulias del café Universal, centro de reunión de los canarios y privilegiado punto de observación humana; caricaturiza a tertulianos y a compañeros, incluso interviene con la caricatura en polémicas locales canarias, como el asunto de la construcción del "Teatro Nuevo". Mientras, va nutriendo su biblioteca particular, "emborrona dramas y comedias" según él mismo declara en sus Memorias de un desmemoriado, frecuenta los teatros (los estrenos dramáticos y las sesiones musicales) y realiza primicias profesionales en el periodismo. Va en busca de su camino profesional.

Entretanto comienza a frecuentar las sesiones del Ateneo y otras cátedras progresistas enfebrecidas al ritmo de la política nacional. La coyuntura histórica depara al autor la ocasión de ser observador de primera fila en hitos políticos del momento: los sucesos de "la noche de San Daniel", los de la sublevación de los sargentos de San Gil, los de la destitución del rector Castelar y la muerte de Alcalá Galiano, los avatares de los pronunciamientos de Prim, etc. También le daría ocasión de sufrir las consecuencias de la supresión de la prensa y, por fin, le permitiría sedimentar todas esas experiencias en la serenidad familiar de una estancia dilatada en su isla desde mediados de 1866 hasta principios del 67.

En el mismo 67 y en el 68, acompañado de familiares, realiza Pérez Galdós sendos viajes a Francia con estancia dilatada en París. Coincidiendo el regreso del segundo viaje con el estallar de la revolución del 68 (de "La Gloriosa"), decide no continuar la ya iniciada vuelta a la isla, logra convencer a sus hermanos y, desde Alicante, parte hacia Madrid. Se siente acuciado por dos llamadas: la de la historia en vivo y la de la literatura.

A partir de entonces Galdós se afinca definitivamente en Madrid, en el centro del acontecer histórico y social, y se dedica definitiva y completamente a la creación literaria, logrando ya un nombre y un público con su primera novela, La Fontana de Oro, publicada en 1869. Con ella abre su camino de novelista que continuará hasta 1915, fecha de su última novela, La Razón de la sinrazón. En el intermedio publicaría más de treinta títulos novelísticos.

En 1872, coincidiendo con su segunda novela, comienza la redacción de sus Episodios Nacionales, la magna novela histórica en cuarenta y seis títulos que cerrará Cánovas en 1912.

En 1876 recibe la Cruz de la Orden de Carlos III, coincidiendo cronológicamente con la publicación de las más importantes de sus novelas del conflicto religiosos: Doña Perfecta y Gloria. Nuevo nombramiento honorífico recibe en 1878: Caballero de la Orden de Isabel la Católica.

1881 conoce la publicación de un título importante, La desheredada, que significa el testimonio de una nueva manera de novelar que el propio Galdós llamó “su segunda manera”.

Madrid le tributa un Homenaje Nacional en 1883, organizado por Leopoldo Alas, Clarín. En el mismo año viaja a Londres y luego a Holanda, Suecia y Alemania con su amigo José Alcalá Galiano. Al año siguiente, 1884, viajará a Italia; en 1885, a Portugal (con José M. de Pereda) y a Alemania; en 1886 a Francia y, de nuevo, a Alemania.

En ese mismo año de 1886 Sagasta lo designa Diputado por Guayama (Puerto Rico) y comienza la redacción de lo que algunos críticos consideran su mejor novela: Fortunata y Jacinta.

En 1887 fallece en Gran Canaria su madre, M. Dolores Galdós, sin que él pueda desplazarse a la isla. En el verano de ese mismo año inicia nuevo viaje europeo con Alcalá Galiano, esta vez por Holanda, Alemania, Dinamarca e Inglaterra. Al año siguiente (1888) acude a la Exposición de Barcelona y viaja por Italia desde París: de Turín a Nápoles.

En junio de 1889 es nombrado Académico de la Lengua. Y en septiembre viaja por Escocia, Inglaterra y el continente. Acude también a la Exposición Universal de París en donde coincide con Emilia Pardo Bazán en un momento importante de una relación íntima iniciada con anterioridad. Continúa la gira por Alemania y Suiza.

1891 conoce el nacimiento de su única hija, María, y comienza la construcción de la que sería su residencia en Santander, “San Quintín”, que terminará en 1893.

En 1892 estrena en Madrid, con gran éxito, el drama Realidad. Inicia así su amplia carrera de dramaturgo, que cerrará Santa Juana de Castilla en 1918.

Tras cerrar el ciclo novelístico de Torquemada con Torquemada y San Pedro y publicar Nazarín y Halma, realiza en 1895 el que será su último viaje a Gran Canaria, en donde permanecerá más de dos meses.

En enero de 1901 conoce su apoteosis teatral con el estreno de Electra, una obra que despertaría gran polémica; en 1902 viaja a París (en donde es recibido por Isabel II) y en 1904 a Marruecos, tal vez como preparación del Episodio Nacional que publicará el año siguiente, Aita Tettauen, centrado en la guerra española en África.

1907 es el año de su elección como Diputado Republicano a Cortes por Madrid, en el centro de una actividad política que será muy activa en los años siguientes. Verá triunfar su candidatura Republicano-socialista con Pablo Iglesias en 1910. Puede considerarse 1911 como el año del inicio de su decrepitud física con el agravamiento de sus problemas de vista: sufrirá dos operaciones de cataratas.

En 1914 es elegido Diputado Republicano por Las Palmas. En 1916, y tras un segundo intento frustrado de conseguir el Premio Nobel, redacta las Memorias de un desmemoriado y conoce la alegría del estreno de la versión teatral de Marianela de los hermanos Álvarez Quintero.

Durante 1917 realiza los últimos viajes por España y veranea por última vez en Santander. En Madrid, se ha iniciado una suscripción popular para alzarle un monumento. Lo realizará Victorio Macho. Galdós acudirá a su inauguración, en el Parque del Retiro, el 19 de enero de 1919.

Casi un año después, el 4 de enero de 1920, fallece Benito Pérez Galdós en su casa de Madrid.

Ese mismo año, desde Las Palmas de Gran Canaria, y por iniciativa de la Sociedad de Fomento de las Artes y el Turismo, se conecta con V. Macho para encargarle un nuevo monumento que se erigiría a Pérez Galdós en la capital de la isla. Éste sería entregado en 1926 e inaugurado oficialmente en el Muelle de Las Palmas el 4 de enero de 1931. Cuando ese enclave fue transformado, el monumento tuvo que ser desplazado; hoy la parte central del mismo, una estatua sedente de Pérez Galdós, se encuentra en la Casa Museo del autor en Las Palmas de Gran Canaria.

Existen en la misma ciudad natal de Las Palmas de Gran Canaria otros monumentos públicos dedicados a Galdós: el soberbio de la Plaza de la Feria, obra en bronce de Pablo Serrano, que se inauguró con motivo del cincuentenario de la muerte del autor, el 4 de enero de 1970; el que está en la parte superior de la Estación de Guaguas de San Telmo (o “Plaza de los Escritores”), una obra realizada a partir de la de V. Macho por el escultor Manuel Bethencourt, que se inauguró el 10 de mayo de 1993, y un busto en bronce patinado, obra del escultor Teo Mesa que fue inaugurado en octubre de 2000 en los Jardines públicos del Hotel Santa Catalina.

Cuando en los años sesenta se construye la barriada de Schamann, en la parte alta de Las Palmas de Gran Canaria, la plaza central y las calles de la zona se nominaron como homenaje al autor: Plaza de Don Benito, calles Doña Perfecta, Mariucha, Antón Caballero, Marianela, Ángel Guerra, etc.

Enlaces