Diciembre 2003:
ESPACIOS PARA LA CIENCIA.

  Juan Francisco Martín del Castillo – Yolanda Arencibia
 
 
Para hablar de los inicios de la investigación científica en España, hemos de situarnos en el siglo XVIII, para aceptar la realidad de un panorama desolador que denunciaron los primeros hombres de la Ilustración, como Benito Feijoo, y que una célebre polémica dejó al descubierto. A lo largo del siglo, los ilustrados españoles se sumaron al espíritu de su tiempo en el interés por el adelanto científico a través de la investigación, y, desde la convicción de su utilidad, vieron la necesidad de divulgar la ciencia y sus adelantos para la mejora general del país. En esa tarea, las Sociedades Económicas de Amigos del País, que se esparcieron por la geografía española, sirvieron de espacios idóneos.

Canarias y sus ilustrados no quedaron a la zaga del movimiento general en España: se crearon varias
Sociedades Económicas de Amigos del País (de Las Palmas, La Laguna, Santa Cruz de la Palma y San Sebastián de la Gomera) en fechas muy cercanas a 1777 y muchos nombres ilustres se sumaron al movimiento científico español con más o menos alcance nacional. Nos interesa ahora, de modo especial, la personalidad ilustrada de José de Viera y Clavijo, especialmente, desde su faceta didáctica y divulgadora en el campo de la botánica y, en general, de las ciencias de la naturaleza. Fue una labor que consolidó en su etapa grancanaria a través de muchísimas lecturas y también experimentalmente en el Gabinete y laboratorio que se hizo construir en su domicilio de la Plaza de Santa Ana.

En esa línea,
Viera y Clavijo redactó interesantes Memorias de materia científica para la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas en que demuestra avanzados conocimientos en distintas materias; pero también compiló estas noticias de modo que pudieran ser divulgados de un modo a la vez útil que atractivo. De ahí sus trabajos específicos: en el campo de las ciencias de la naturaleza o la botánica, el Diccionario de la Historia Natural de las Islas Canarias (que dejó en forma de cuadernos), el opúsculo Librito de la Doctrina Rural, para que se aficionen los jóvenes al estudio de la Agricultura, propia del hombre y el poema Las bodas de las plantas. En el campo de la astronomía, las Noticias del cielo o Astronomía para niños; y en el de la química, los Aires fixos. El Diccionario de la Historia Natural de las Islas Canarias es, sin duda, su obra magna; se trata de un índice alfabético descriptivo de especies de los reinos vegetal, animal y mineral de las Canarias. Bodas de las Plantas (1806), por su parte, es una divulgación de las doctrinas del sueco Linneo (1707-1778) sobre la reproducción botánica, en forma de poema narrativo-descriptivo estructurado en 47 octavas reales, es decir, en estrofas de ocho versos y rima consonante. Las Noticias del cielo o Astronomía para niños (1771) es una obra estructurada en forma de “catecismo”, es decir, de preguntas seguidas de respuestas, en que Viera recoge las últimas teorías de su época en cuestiones de astronomía (del británico Isaac Newton -1642-1727- principalmente). Por fin, los Aires fixos (1779-1781) es una propuesta en forma de Poema en seis cantos (107 estrofas octavas reales), que se mueve en el campo de la química y, en ella, en el de las propiedades científicas de las nociones Tierra, Agua y Aire.

A partir del XVIII, para conocer el panorama de la
Investigación Cultural y Científica de Gran Canaria necesitamos referirnos a las Instituciones que han desarrollado y desarrollan una labor destacada en esos campos.

En Gran Canaria se han desarrollado distintos proyectos científicos desde finales del siglo XIX y primeras décadas del XX, en consonancia con los movimientos científicos del momento. Algunos de ellos han desaparecido, por haber cumplido su misión o por fracaso. Otros continúan su tarea, con la conveniente adaptación a los nuevos tiempos. Por fin, nuevas iniciativas han ido surgiendo lo largo del siglo XX y hoy mismo, al compás de las exigencias de los avances científicos y de la apertura de nuevos campos del conocimiento.

De las iniciativas más antiguas, fue la más afortunada la del
Instituto de Vacunación de Las Palmas que nació en 1895 para investigar, principalmente, los tratamientos curativos mediante sueros, una tarea urgente a partir de los problemas de difteria que sufrió la población en 1894. Fue un centro adelantado a su época, pues nació cuando no estaba del todo claro su empleo terapéutico, ni siquiera en Francia, adonde fueron los médicos responsables (Federico León García y Cristóbal Quevedo Pérez) para conocer de primera mano las experiencias del bacteriólogo francés Émile Roux (1850-1924) discípulo del que fuera gran descubridor francés Louis Pasteur (1822-1855), a quein se considera el iniciador de la microbiología.

El
Laboratorio Químico Municipal, por su parte, desarrolló una destacada labor en los análisis de las sustancias alimenticias entre 1904 y 1910. Nació bajo la alcaldía de Ambrosio Hurtado de Mendoza, y su contribución al control bromatológico fue eficaz y decisiva; pero hubo de cerrar prematuramente por problemas generados por un controvertido análisis de un bote de leche condensada. Era un proyecto que partía de muchos años atrás y formaba parte del programa de reformas higienistas orquestado por el doctor Bartolomé Apolinario, el mismo que fundara la Casa-Asilo de San José en 1891.

El
Laboratorio Oceanográfico de Canarias nació en 1927 con la idea de llegar a ser un complejo de investigación marina, con museo y acuario incluidos; pero el proyecto se abandonó en 1935 (1927-1935). El centro, que estuvo envuelto en infinidad de problemas, sobre todo de índole administrativa, tuvo su ubicación provisional en la calle Alejandro Hidalgo, junto a las Escuelas Salesianas, (más o menos, en el terreno que hoy ocupa la Asamblea Provincial de la Cruz Roja Española). Apoyó la iniciativa de su creación desde el Ministerio, entre otros, el fisiólogo Juan Negrín.

Del Cabildo Insular depende el
Jardín Botánico Canario “Viera y Clavijo”, (el “Jardín Canario”) que se ocupa de la recopilación, cultivo, estudio y conservación de la flora canaria y de su medio ambiente. En sus espacios (27 hectáreas de bosque, en Tafira Alta, muy cerca de la capital), el Jardín Canario ha abierto al público un entorno privilegiado de expansión que es modélico en el uso racional de los espacios naturales para la ciencia y la cultura, para la educación, y también para el ocio y el disfrute. En la memoria del Centro destaca el nombre de su fundador y primer Director, el botánico sueco Eric R. Sventenius, verdadera alma del proyecto desde su gestación y su fundación en 1952 hasta el mismo día de su muerte, en 1973; su ayudante, David Bramwell (Liverpool, 1942), ha continuado la tarea como Director, con la ayuda de un importante equipo. El Jardín, hoy, es referencia mundial en flora macaronésica, y otros endemismos canarios en peligro de extinción; y también es pionero en las islas en la campaña de recuperación de la flora insular amenazada. El Centro edita una revista científica titulada Botánica macaronésica.

En la actualidad, existen en Gran Canaria diferentes Centros Científico-técnicos de interés, muchos de ellos regionales, que trabajan en áreas diversas y que dependen de distintas Instituciones. El
Instituto Tecnológico de Canarias y el Instituto Canario de Ciencias Marinas dependen del Gobierno Autónomo canario. El Instituto Tecnológico de Canarias, creado en 1992, enmarca su función en los campos de Investigación, Desarrollo e Innovación, fomentando y apoyando el desarrollo tecnológico del Archipiélago Canario. Y el Instituto Canario de Ciencias Marinas, desde las instalaciones de Taliarte (Telde), lleva a cabo actividades de investigación y de expansión en acuicultura, recursos pesqueros, oceanografía, medio litoral y biología pesquera.

En las áreas científicas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria se enmarcan tres Institutos de Investigación: el de
Ciencias y Tecnologías Cibernéticas, el de Microelectrónica y el reciente de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria. El Instituto de Investigación de Ciencias y Tecnologías Cibernéticas, trabaja en la investigación básica y aplicada en ciencia y tecnología de los computadores y la computación, teoría de sistemas, etc., y se creó como transformación del Centro Internacional de Investigación en Ciencias de la Computación (CIICC); lo dirige el catedrático Roberto Moreno Díaz (hijo). El Instituto de Microelectrónica (IUMA), inaugurado en 1990, contempla la especialización teórica y práctica en el campo científico de la Ciencia y la Tecnología Microelectrónicas y sus aplicaciones. Tiene su antecedente más remoto en el Laboratorio de Investigación en Microelectrónica Aplicada que fue fundado en 1988, y se constituye como unidad asociada a la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de telecomunicación. Lo dirige el catedrático Antonio Núñez Ordóñez. El Instituto de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria, el más reciente de los universitarios (se ha constituido en julio de 2002), se ocupa de investigar y vigilar en cuestiones de seguridad alimentaria, sanidad animal y salud pública, y se propone avanzar en el conocimiento de las enfermedades infecciosas y transmisibles, existentes o no en el archipiélago, así como las emergentes o nuevas con el fin de evitar su entrada y difusión en las Islas Canarias. Se ubica en el Edificio de Veterinaria de la Universidad, en Montaña Cardones (Arucas).

Últimamente se ha creado el
Instituto Canario de Investigación del Cáncer, de ámbito regional (aunque con centro en Tenerife) y carácter multidisciplinar, cuyos objetivos están orientados a potenciar la investigación de esta temible enfermedad en Canarias.

Cuenta Gran Canaria con importantes archivos históricos que son fuente de muy distintas investigaciones. Aparte del perteneciente a El Museo Canario, cuyo corpus documental es tan rico como variado, es importante el
Archivo Histórico Joaquín Blanco (ubicado en el que fuera domicilio de Viera y Clavijo en la plaza de Santa Ana de la capital), de una riqueza documental considerable. Obligatoriamente, hemos de recordar aquí la importancia del Archivo Diocesano, ligado a la Catedral de Las Palmas en donde se desarrolla importante labor investigadora: allí doña Lola de la Torre ordenó el archivo musical y publicó su catálogo, y allí trabajaron dos importantes investigadores recientemente desaparecidos, don Francisco Caballero y don Santiago Cazorla.

Por otra parte, en todos los Departamentos de la
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria se realizan investigaciones científicas en los distintos campos del conocimiento, y sus resultados constan en publicaciones especializadas de todo el mundo. Algunas de esas revistas o monografías se publican en la propia Universidad de Las Palmas. Entre las revistas universitarias que acogen resultados de investigación figuran: Philologica canariensia, de la Facultad de Filología (aparecida en 1996); Revista de Ciencias Jurídicas de la Facultad de Ciencias Jurídicas; Revista de Lenguas para fines específicos, del Departamento de Lenguas Modernas; Vegueta, el Anuario de la Facultad de Geografía e Historia; o el Anuario de Filosofía, Psicología y Sociología, relacionada con la Facultad de Formación del Profesorado.

Otras importantes
revistas científicas se publican en Gran Canaria, de distinto nivel de amplitud y de especialización. Los Anales Canarios de Medicina y Cirugía comenzaron a publicarse en 1930 bajo la dirección de don Juan Bosch Millares; y, bajo la misma dirección aparece como revista trimestral en 1961 Archivos canarios de Medicina, Cirugía y Especialidades; El Museo Canario es revista propia de esta importante institución investigadora que se publica desde 1880 aunque de modo irregular y que ha ido cambiando con el tiempo formato y líneas de contenido. Entre las más destacadas de hoy se encuentra el Anuario de Estudios Atlánticos que se publica bajo patrocinio de la Casa de Colón del Cabildo de Gran Canaria, y que dirige don Antonio Rumeu de Armas, desde 1955; aunque se dedica básicamente a temas históricos relacionados con la proyección atlántica de la isla, sus páginas se abren a otros muchos campos relacionados con la cultura insular. El Seminario de Humanidades Agustín Millares Carlo viene publicando desde su fundación en 1982 un anuario denominado Boletín Millares Carlo. La Caja Insular de Ahorros, por su parte, viene editando desde 1970, bimensualmente, la revista Aguayro, cuyos artículos se enmarcan en las áreas científicas y culturales con intención de divulgación seria y profesionalizada.

 

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